martes, 21 de agosto de 2007

El odre y el Comer Sangre...





En la antigüedad la sangre era considerada como algo sagrado, casi divino; se solía usar sangre de animales para consagrar, santificar o para expiar los pecados (. Ex 30,10; Lev 16,2-29; Heb 9,6-22). En la Biblia la sangre está asociada a la vida, la sangre era considerada la base de la vida y por consiguiente ese era un motivo para considerarla sagrada, ya que cuando una persona perdía su sangre, la vida se escapaba de sus manos y moría.
En la Biblia hay varios pasajes del AT en los que se prohíbe absolutamente a los israelitas «comer sangre», por ejemplo, Gn 9,3-5; Lev 17,14; Dt 12,23-25, pero nótese que los textos siempre se refieren a sangre de animales a los que se les ha quitado la vida (Lo anterior porque algunas sectas prohíben las transfusiones de sangre e incluso donar sangre.) por esta razón, cuando los israelitas mataban animales, siempre les sacaban toda la sangre antes de comerlos. Derramar por tierra o en los altares la sangre de los animales sacrificados era un signo de respeto a Dios. Por otra parte, los israelitas siempre tenían cuidado para no mezclar su fe con las de otros pueblos vecinos que también tenían rituales relacionados con la sangre (no siempre lo lograban).

En el Nuevo testamento, es curioso que Pablo, que era un fariseo fanático, observante estricto de la Ley antes de su conversión, cuando habla de la carne sacrificada a los ídolos (1Cor 8−10), no da ninguna indicación respecto a la sangre, aunque como judío conociera muy bien las prescripciones del AT sobre el tema. Cuando los apóstoles en su carta a la Iglesia de Antioquía la invitan a «que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de la carne, de los animales muertos sin desangrar...» (Hch 15,29), tenían en mente evitar el escándalo entre los creyentes y favorecer la convivencia pacífica en las comunidades, que estaban compuestas de judíos y paganos convertidos al cristianismo. Todo esto es un indicio de que en el NT se da un cambio de mentalidad respecto a la sangre. (El sacrificio de Jesús en la cruz del Calvario, abolió, anuló o disolvió el Antiguo Pacto)

Los Gentiles que Vivían con los Judíos Tampoco Debían Comer Sangre
El mandamiento de no comer sangre se aplicaba no sólo a los judíos, sino también a los gentiles que vivían entre ellos en su tierra.
"Por tanto, he dicho a los hijos de Israel: Ninguna persona de vosotros comerá sangre, ni el extranjero que mora entre vosotros comerá sangre" (Levítico 17:12).
Más adelante, en el mismo pasaje, también se prohíbe comer animales que no hayan muerto sacrificados, sino por sí solos o por otra causa. A esos animales no se les había sacado la sangre (17:15).

Otros Gentiles Podían Comer Sangre
A los gentiles que no residían entre los judíos se les permitía comer sangre. De hecho, en la ley se estipulaba que los judíos podían darles o venderles carne aunque no se hubiera derramado la sangre en forma apropiada:
"Ninguna cosa mortecina comeréis; al extranjero que está en tus poblaciones la darás, y él podrá comerla; o véndela a un extranjero, porque tú eres pueblo santo a Jehová tu Dios" (Deuteronomio 14:21).

Conclusión: ¿Podemos comer sangre ahora?
En el Nuevo Testamento, Dios puso más énfasis en el espíritu de la ley que en la letra, y permitió que Su pueblo comiera muchas cosas que no había permitido que los judíos comieran:
"Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado" (1 Timoteo 4:4-5).
"Yo sé, y confío en el Señor Jesús, que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es" (Romanos 14:14).

AMÉN

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