sábado, 24 de julio de 2010

SOMOS VINO ETERNO


Jehová reina; se vistió de magnificencia;
Jehová se vistió, se ciñó de poder.
Afirmó también el mundo y no se moverá.
Firme es tu trono desde entonces;
Tú eres eternamente.
Salmo 93: 1-2.

Poderoso y maravilloso.

Cuando Dios creó el mundo te vio a ti ¿Cómo? Con su eternidad. Los que nos son eternos nunca lo entenderán o mejor dicho los que no tienen vida eterna, los que no han visto la gloria de Dios, los que no han creído en Jesucristo. Cuando aceptamos a nuestro Señor como dueño de nuestras vidas, somos ETERNOS, cambia nuestra dimensión y sentido de la vida.

Nos ha dado de beber el vino eterno, la Palabra del Señor nos señala que el que beba de esa agua nunca más tendrá sed. El bebió el vino del dolor por nosotros, él hizo el gran sacrificio por nosotros. Este vino que hemos bebido no es amargo, es dulce; porque el Señor bebió el vino amargo. A veces nos empeñamos en hacer Obras, creyendo que aquello nos ayuda a llegar a lo eterno, pero no, Cristo ya lo hizo; nos regaló esa eternidad ¡Gracias Señor!
La eternidad no tiene límite, es trascendente. Ahora estamos trabajando, depositando para esa eternidad. ¿lo entiendes? Dios es eterno y envió a su Hijo para darnos esa eternidad ¡gloria a Dios!
Si tan sólo crees en Cristo ¡Tienes vida eterna! Feliz Eternidad en Cristo.