viernes, 7 de enero de 2011

El odre sin futuro.


Deseamos conocer misterios, desmadejar lo que no entendemos, nos interesa lo incierto; porque aunque no lo queramos reconocer tememos a lo que viene. Buscas tarotistas, brujos y adivinos que puedan dar tranquilidad a tu alma sedienta, buscas una religión que te haga sentir cómodo (a), pero sus mentiras te empujan más y más a la perdición de tu alma.
Hemos desobedecido a Dios sirviendo a dioses ajenos y vamos camino al mismo infierno, porque el furor de Dios se ha encendido sobre nuestra ciudad. Nuestro corazón dice: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído esta riqueza y nos olvidamos que el poder y la gloria es para Jehová nuestro Dios.
“Mas si llegares a olvidarte de Jehová tu Dios y anduvieres en pos de dioses ajenos, y les sirvieres y a ellos te inclinares, yo lo afirmo hoy contra vosotros, que de cierto pereceréis.” (Deuteronomio 8: 19)
Nuestra ciudad se muere en el pecado: miles de niños (as) solos(as), fornicación, adulterio, aborto, asesinato, divorcio, engaño, etc. Nos gusta el facilismo, el relativismo, la soberbia y el egoísmo.
Recuerda lo que sucedió con ciudades pecaminosas: “Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo…Jehová hizo llover azufre y fuego sobre Sodoma y Gomorra” (Génesis 18:20,24). Este fue el juicio de Dios sobre el pecado de esta ciudad.
Vienen días difíciles, de dolor y angustia: “porque habrá entonces gran tribulación, cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados.” (San Mateo 24:21,22) Tú, escucha el llamado de Dios, ¿por qué sigues esperando? El pecado debe morir y vivir Jesucristo en tu vida. ¿Cómo se logra esto? Dice la Biblia que debes NACER DE NUEVO, sepultar lo antiguo y renacer justificado y salvado por Jesucristo. El es el Dueño y Señor del futuro Eterno. Sus últimas palabras en la Biblia son: “CIERTAMENTE VENGO EN BREVE” (Apocalipsis 22:20)