viernes, 5 de junio de 2009

Regocíjate siempre…Sirviendo a los demás.


REGOCIJARSE: es igual a RECREARSE, DIVERTIRSE, ALBOROZARSE, ALEGRARSE, DELEITARSE, ENTRETENERSE y GOZAR.

Nosotros que combatimos juntos en el evangelio y que somos colaboradores, que por lo demás sabemos que nuestros nombres están inscritos en el Libro de la vida, decimos como Pablo: REGOCIJAOS EN EL SEÑOR SIEMPRE, OTRA VEZ DIGO ¡REGOCIJAOS!
Filipenses 4:4

Estos versículos son para discernir los que venía sucediendo en la iglesia de Filipos, dos mujeres con dificultades de relaciones personales (Evodia y Síntique). No eran cualquier hermana, sino mujeres que habían luchado fuertemente por la causa del Evangelio. Pablo pide que estén firmes en el Señor. Le habían llegado comentarios sobre esta conducta de sus hermanas que no eran de un mismo sentir, sino contrarias, como dos adolescentes que se enojan por situaciones livianas.
Pablo menciona por el Espíritu Santo en el capítulo número dos, adelantándose a este problema que lo trata claramente en el capítulo 4. “Por tanto, si hay alguna exhortación en Cristo, si algún consuelo de amor, si alguna comunión del Espíritu, si algún afecto entrañable y compasivo, completad mi gozo, siendo de un mismo sentir, teniendo el mismo amor, sintiendo una misma cosa. Nada hagáis por rivalidad o por vanagloria; antes bien en humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo”
¡Gloria a Dios! REGOCIJAOS EN EL SEÑOR ¡Amén!
¿Hay contiendas actualmente en las Iglesias? Pues, sí. Entonces es el deber de nosotros visualizar estas reyertas, malas miradas, comentarios, etc. Y actuar en el nombre de Jesucristo, estimando a cada uno como superiores a nosotros mismos. La Iglesia se destruye con los comentarios y ese, justamente, es el plan demoníaco: tirar una “bomba” de desencuentro para desviar nuestra mirada de las cosas mas importantes: El servicio a los demás.

No hay comentarios: