sábado, 22 de septiembre de 2007

Tu Odre...bajo la sombra...


Odre…Bajo la sombra del Omnipotente.

Habitación es un lugar o morada que sirve para encontrar reposo, refugio, descanso, en general, para estar allí teniendo beneficios de seguridad. El Salmo 91, que no tiene autor y se desconoce su tiempo de creación, es una lectura que constantemente se utiliza para recordarnos que no estamos solos, que el Señor nos guarda, que a pesar de cualquier circunstancia El es fiel y su protección nos hace prevalecer contra las huestes del enemigo. Hoy quiero sólo referirme al 1° versículo, una palabra que Dios tiene para los lectores de esta página y para lo auditores del Programa Juvenil “Todo tiene su tiempo” en Radio Polar de Punta Arenas.

1° ¿Que significa habitar bajo la sombra del Altísimo? ¿Qué beneficios existen bajo esa sombra?
Cuando el enemigo viene para sacarnos de nuestro propósito, debemos cobijarnos, protegernos, escudarnos bajo el abrigo de alguien. En Isaías 59: 19 la palabra de Dios nos dice “porque vendrá el enemigo como río más el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.” Es impresionante como el enemigo intenta a cada instante arrebatarnos de las manos del Altísimo con ataques crueles como: envidias, celos, contiendas, peleas, divisiones, etc., pero es más impresionante como nuestro Señor nos protege, como él pelea por nosotros la batalla. En momentos de lucha debemos correr a la sombra de Cristo, cuando en le fragor de la batalla los misiles y las municiones intentan darnos alcance corre, corre a la sombra de Cristo. Sin importar el género humano Jehová nos dice: “Oye, hija mía, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu pueblo, y la casa de tu padre; Y deseará el rey tu hermosura; e inclínate a él, porque él es tu Señor.” Salmo 45:10,11. No puedes correr donde un curandero, un amigo, tus padres, ¡No! Ven, habita bajo la sombra.

2°.- Significa habitar bajo la gloria de Jehová. “Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.” Ezequiel 10:4. Donde está el Señor su gloria es eminente; nuestra vida tiene otro sentido cuando estamos habitando bajo su gloria. Pablo habla del peso de gloria. Ese peso no puede ser medido por balanzas o pesas, ese peso es medido por tus frutos, por tus acciones en el mundo. Tener el peso de gloria es glorificar al Señor por la santidad que deseamos y que llevamos en nuestro interior y exterior, es levantarte con un estandarte para pelear cada día la batalla, que el enemigo note tu presencia, que sepa quien eres tú. Cuando estas bajo su sombra sientes su presencia y su presencia está contigo. Si es así ¿tendrás temor a la derrota? ¿Podrás dejar a Cristo? ¿Tendrás pocos deseos de servirle? Cuando tienes la gloria del Señor no hay gigante que se te pare al frente, no hay depresión, no hay supresión, no hay opresión, nada te detiene, tu comunión con él está en otro nivel, en resumen tienes GOZO. ¡Gloria a Dios! El Salmo 21 lo expresa: (Lo he parafraseado)
“Como nos gozamos en tu salvación, has concedido los deseos de mi corazón, has salido a mi encuentro con bendiciones de bien, has puesto sobre mi cabeza una Corona de oro fino…” Es demasiado ¿no crees? Pero eso somos hijos del Rey y estamos bajo su sombra.

3°. El que está bajo su sombra es un ¡Vencedor!

No siempre vamos a atacar al enemigo, la mayoría de las veces basta con permanecer firmes. Estar bajo la sombra del Señor es tener una actitud de triunfo constante. ¿Se ha encontrado con personas o hermanos/as que con su palabra o actitud le levantan su alma? Ellos saben como llegar bajo esa sombra, viven la plenitud de la sombra. Si la sombra de Pedro sanaba enfermos ¿Qué nos hará la sombra de Cristo? ¡Aleluya!
Aunque andamos en la carne, no militamos (no peleamos, no vamos a la guerra, nos estamos en los cuarteles militares, no estamos en el campo de batalla) según la carne, es decir, hermano no respondas con tus palabras ante una provocación, ni siquiera con una mirada, deja, ve a la sombra que pase el calorcito, deja que el mar se aquiete, no seamos presurosos. “Nuestras armas son poderosas en Dios para destrucción de fortalezas, derribando argumentos, toda altivez y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia de Cristo” 2Corintios 10:4,5 (parafraseado)
¿Le temerás al gigante que se ha levantado contra tu vida en Cristo? ¡No! Tú eres mayor porque moras con el mayor ¡Gloria a Dios! Somos vencedores cuando habitamos bajo su sombra!

2 comentarios:

Francisco Méndez S. dijo...

Hola . Es una buena noticia que la palabra del señor se extienda, mas y mas.
Saludos

Francisco Méndez S. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.