miércoles, 31 de diciembre de 2008

EL ODRE LIBRADO DE CADENAS


ODRE SIN CADENAS

Cuando llegamos a fin de año hacemos un recuento de lo que ha sido una etapa de nuestra vida. Este año fue tan bendito como los anteriores que han pasado; porque tal vez las dificultades fueron muchas, los problemas incontables, pero estamos con vida, lo cual significa que tenemos UNA NUEVA OPORTUNIDAD de arreglar lo desarreglado y para seguir mirando con más lucidez el premio anhelado.
En el Libro de Hechos capítulo 12 versículo 4 leemos “Y habiéndole tomado preso, le puso en la cárcel, entregándole a cuatro grupos de cuatro soldados cada uno, para que le custodiasen; y se proponía sacarle al pueblo después de la pascua. Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacia oración a Dios sin cesar por él.” La cárcel es el lugar al cual nadie quiere llegar; allí están los que han sido juzgados por la justicia, por delitos graves contra la sociedad, pero este no era el caso de Pedro, más que un delito era por sacar a otros de la “prisiones eternas”, ¡Sí! Pedro predicaba fervorosamente el Evangelio de poder, de arrepentimiento, la verdadera Palabra de Dios. Pedro tuvo una oportunidad. Cuando negó a su Señor Pedro fue encerrado en el calabozo más profundo del dolor, en el calabozo de la traición. Sin embargo la mirada dulce del Rey Jesucristo inició el rompimiento de las cadenas y la salida a la superficie del calabozo. Ahora él estaba en una cárcel material, no era problema para Pedro, sabía que tendría que morir por su fe, ya unas horas antes había partido Jacobo atravesado por la espada de los soldados de Herodes. Tengamos por seguro que en el corazón de Jacobo, Esteban y Pedro estaba el deseo de padecer por Cristo. Llegó el tiempo de algunos hermanos entre ellos Esteban y Jacobo, íconos de la fe, Pedro tendría que esperar.
Tal vez, aún estás en el calabozo de la duda, soberbia, traición, envidia, soledad, personalismo, etc., pero la buena nueva es que alguien ora por ti, hay rodillas que están sufriendo por ti, para que Dios te conceda UNA NUEVA OPORTUNIDAD. Hay enemigos que te mantienen atado, a Pedro le colocaron 16 fuertes soldados, los mejores, los más fuertes, por lo tanto humanamente era imposible que salga de allí. Mira a tu alrededor, las condiciones y consecuencias que te rodean no son las mejores, estás atrapado, no hay salida… sigamos leyendo:
“Y he aquí se presento un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel…” Hoy llegará, lo proclamo en el nombre de Jesús, hoy llegará tu salida, hoy resplandece la luz en tu celda, obedece lo que te hablará el Señor. ¿Cuál es la orden para salir? “Cíñete y átate las sandalias, envuélvete en tu manto y Sígueme.”


Tienes UNA NUEVA OPORTUNIDAD, creo que será la última. Dios está buscando odres santos y limpios para depositar de su gracia, si no lo encuentra en ti, buscará a otro. ¿Qué haras?

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